El cristiano ha sido llamado a servir, pero también a sido llamado a crecer espiritualmente. El verdadero crecimiento cristiano tiene que ser, espiritual y bíblico. Esto ocurre solamente cuando uno esta conectado con la iglesia local:

Colosences 2:18-19 “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.”

Hay un crecimiento, que da Dios y viene por medio del cuerpo (la iglesia). Es decir, el individuo estar conectado a Cristo por medio del cuerpo.

El verdadero crecimiento que Dios da, no nos he enviado mientras nosotros permanecemos en la privacidad de nuestras vidas. Es decir, optando por permanecer en el sofa de nuestros casas. Ni viene por medio de una aplicación de un teléfono, iglesia virtual o por el televisor.

Es común ver a las personas tratando de alterar este orden Divino. Es decir, de hacer ciertas cosas o ciertas disciplinas espirituales y esperar recibir un crecimiento espiritual a la altura del crecimiento que Dios nos quiere dar. Pero esto no es así.

Según la medicina, cuando un miembro del cuerpo no recibe la nutrición del sistema cardiovascular junto con sus nutrientes, esa parte muere y se pudre. Espiritualmente nos pasa igual. La Biblia nos ensena que es vital para la vida, funcionamiento y desarrollo del cristiano que este esté conectado al cuerpo de Cristo. Esto es así por diseño Divino.

Según lo que aprendemos en la Biblia y en la practica cristiana acerca del crecimiento es que la fórmula para el crecimiento espiritual tiene tres componentes básicos:

1-) Una vida de oración.

2-) Una Vida de estudios Bíblicos.

3-) Comunión con la Iglesia.

Pero aun estos tres componentes básicos ocurren siempre en el marco de la Iglesia local. Los cristianos primitivos oraban en comunidad y no solo en privado. Estudiaban la Biblia también en comunidad, y estaban organizados y participaban comprometidamente en la comunidad de fe, que es la Iglesia local.

Acerca de estos tres componentes podemos decir que ninguno de ellos son substituibles o negociables para la salud espiritual del cristiano.

Nada realmente puede substituir a la oración. Nada substituye nuestra constante interacción con la Biblia y por consiguiente, tampoco nada substituye nuestra presencia y participación en la iglesia local.

Es en la iglesia donde nosotros recibimos la aplicación de los dones del espíritu de manera regular para nuestro crecimiento. El propósito de los dones es la edificación mutua

1 Corintios 14:1-5

Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina? Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia. Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.”

 

En este pasaje, Pablo compara el don de lengua con el don de profecía. El que habla en lengua a si mismo se edifica mientras que el que profetiza edifica a la iglesia. Debido a esto, Pablo concluye que el que profetiza es mayor que el que habla en lenguas.

La administración de os dones espirituales es con el propósito del beneficio de los miembros de la iglesia, es decir para el provecho de los demás. Cuando Pablo se refiere a profetizar no necesariamente quiere decir la habilidad de predecir eventos futuros, existe la profecía predictiva, que se trata de predecir eventos futuros. Pero existe también la profecía proclamativa, es decir el dar un mensaje de Dios, en la unción del Espíritu Santo. Muchos de los profetas del A.T. entregaban mensajes de carácter proclamativos y no siempre eran mensajes predictivos.

Como único el don de lenguas tiene una valides en contexto de la iglesia es solo cuando hay un intérprete, y esto es así, en miras para que sea para el bien y el beneficio de los demás.

1 Corintios 14:12. “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.” Nos da el mismo énfasis y el mismo lenguaje.

La justificación de los dones es el fortalecimiento de nuestros hermanos.

1 Corintios 14:17.

El no asistir a una iglesia de manera regular nos priva de esta importante ministración en nuestras vidas. Hay algo que recibimos viviendo en comunidad y adorando en comunidad que no podemos recibir por medio de un televisor o un teléfono.

En la comunidad de la iglesia, sufrimos juntos, servimos juntos, adoramos juntos pero también muy importante: Crecemos juntos!

La realidad es que todos mis hermanos tienen dones espirituales que yo necesito ver en función en mi vida y en la vida de los demás cristianos. Como ya hemos visto, el verdadero propósito de los dones espirituales es el fortalecimiento de la iglesia y no es el fortalecimiento del individuo de manera privada. Por lo tanto, una doctrina que ensene de que el cristiano puede optar por permanecer lejos de la iglesia local es una herejía.

De todas las falsas enseñanzas que está afectando a la vida de los cristianos hoy en día, y que también afecta la efectividad de las iglesias locales, es precisamente esta: Que Dios esta bien con que los cristianos permanezcan sin unirse a la iglesia local por voluntad propia.

La gran tentación del hombre no es el rechazar del todo a Dios. Sino es el querer rechazar a Dios pero a la misma vez pretender querer retener algo de Dios en nuestras vidas.

Por eso es que el primero de los mandamientos de los 10 mandamientos se trata de la idolatría y no acerca del ateísmo.

La tendencia de las personas es la de hacerse una imagen falsa de Dios, es la de reducir a Dios a un concepto personal y privado, una idea o una definición acerca de quien las personas entiendes quien es Dios y seguir a esa versión subjetiva de Dios que nos hemos creado para nosotros mismos. Pero si queremos seguir al Dios de la Biblia, tiene que ser conforme a la Biblia y no confirme a nuestras preferencias.

Ahora bien, hay ocasiones muy extremas en que las personas por cuestiones de salud, no pueden asistir a sus iglesias por largos periodos de tiempo. Pero esto son casos muy raros y excepcionales. Pero aun así, la persona tiene que hacer alguna provisión para mantenerse en contacto con su iglesia local. Si bien visitas regulares del pastor y los lideres o llamadas por teléfonos regulares o usar la tecnología como medio alternativo de seguir conectado con la iglesia.

Pero una cosa queda clara, el vinculo con la iglesia local nunca se debe de perder por voluntad propia del cristiano.

Esto es diferente cuando una persona no quiere asistir a la iglesia, tal persona está menospreciando la novia de Cristo por la cual El murió. Recordemos que Jesús no murió por ud. en el sentido único de la expresión. La realidad es que Jesús murió por su iglesia. No significa que no murió por ud, si que murió en su lugar, pero al morir por ud. esta sacrificándose por su amada Iglesia.

Conclusión:

Luego entonces el buscar una justificación para no participar en la iglesia local, tales como “yo estoy orando en mi casa” o “yo estoy leyendo la biblia en mi casa” etc. No pueden jamás substituir nuestra participación en la iglesia local. Necesitamos el compañerismo de la iglesia local.

Uno se hace daño a uno mismo cuando no participa en la iglesia al no recibir la ministración de los dones espirituales de los otros hermanos y hermanas, esto atrofia en crecimiento cristiano.

El crecimiento que Dios tiene para ti, Dios no te lo va a dar sentado en su casa. Esta actitud no nace del Espíritu Santo, sino que nace de un envanecimiento personal. Es una falsa espiritualidad.

Por lo tanto, ore y tome la decisión de formar parte de la Iglesia local comenzando esta misma semana!

Pastor Alberto Guzmán.