Porque Dios nos ha dado dones espirituales que espera que los ministremos a otros en el contexto de la iglesia local.
También es otra perspectiva errónea acerca de la Iglesia la cual ensena o promueve que nosotros solamente vamos a la iglesia a recibir, es decir a “cargar las baterías”.
Como habiamos visto en la Razón # 5, el cristiano debe de ser miembro de una iglesia local para recibir la ministracion de los dones espirituales de los otros miembros de la iglesia. Por lo tanto, afirmamos que Dios nos ministra en la iglesia local por medio de los dones de otros. Y este crecimiento, o ministración es absolutamente necesaria en nuestra vida cristiana. Pero hoy vamos a ver la otra cara de esta moneda, las dos van mano a mano.
Partimos de la premisa que Dios nos ha dado a cada cristiano y cristiana dones espirituales los cuales Dios espera que los ministremos a los demás. No se nos puede olvidar que el cristiano es también llamado a ir a la iglesia para dar. No me refiero al dinero, Aunque las ofrendas es parte de nuestro servicio y sacrificio personal a Dios. Pero en este caso estamos hablando acerca de nuestros dones espirituales que Dios nos ha dado.
Por lo tanto, cada cristiano tiene que tener también una actitud de ir a la iglesia no solo con el propósito de recibir, sino también con el propósito para dar. En el sentido de hacer un aporte al Cuerpo, es decir a la iglesia local.
Dios espera que Ud. tenga un impacto en la iglesia local.
1 Corintios 14:26: “Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.”
¿Cuan distintos son los cultos que a veces tenemos en nuestras iglesias comparados con la descripcion de los cultos y reuniones de la iglesia primitiva que nos describe la Biblia! En la iglesia de Corinto habían pastores, maestros, profetas, etc, más sin embargo la congregación asistía a los cultos con algo para aportar y enriquecer la adoración a Dios. No eran cultos centrados en el ministerio de una figura central, ósea el pastor u otro hermano. Era una iglesia donde se promovía las oportunidades de participación y de aporte.
Igualmente hoy en día, se esperan que cada cristiano tenga la perspectiva de contribuir a la vida y al trabajo de su iglesia local. Realmente cada cristiano y cristiana debe de preguntarse a si mismo “¿Cómo es que el Cuerpo de Cristo esta hoy más fortalecido como resultado de mis contribuciones y presencia en el?” Si ud. es cristiano y ud. no está teniendo ningún impacto en ninguna iglesia local, esto es un asunto serio el cual ud. tiene que definir urgentemente entre ud. y El Señor.
Se espera que cada cristiano contribuya al Cuerpo local de creyentes. Ud tiene no solo un lugar sino tambien ud tiene una responsabilidad con el Cuerpo de Cristo local. A cada cristiano que en verdad es guiado por el Espíritu Santo, nos debe de preocupar el impacto y la bendición que nosotros representamos en la iglesia local.
Aun si una persona decide asistir a la iglesia, pero no forma parte de la batalla de la iglesia y del trabajo de la iglesia, tampoco tiene un impacto en la iglesia. Dios no nos ha salvado para que nosotros permanezcamos en nuestros hogares. Dietrich Bonhaffer llama a un cristianismo sin compromiso una “gracia barata”. Es decir una salvación sin ningún valor porque no transforma ni cambio al individuo. Desde luego, este tipo de salvación no es la salvación que Dios nos ha dado.
En virtud, de lo que Dios nos ha dado y en virtud de sus llamado en nuestras vidas, el cristiano tiene que reorientar las prioridades de nuestras vidas y entender que hemos sido salvados para servir. Esto significa que no podemos servir a dos señores. No podemos servir nuestra agenda personal de comodidad terrenal y al mismo tiempo servir al Señor Jesucristo a la misma vez. Porque quedaremos bien con uno y mal con el otro.
La Iglesia local necesita de nuestra presencia y de nuestros dones.
Hay necesidades en la iglesia local para la cual Dios nos ha dado dones espirituales y que solo nosotros podemos llenar esas necesidades de la iglesia.Claro esta que aveces es necesario hacer un ajuste a nuestro horario semanal para acomodar nuestras vidas al servicio a Dios en ves que tratar de acomodar a Dios a nuestra vidas. Ciertamente si yo no predico, alguien más lo va a hacer en mi lugar. El evangelio y la Gran Comisión no se van a detener ni por mi pereza ni por mi culpa. Dios puede levantar predicadores, pastores, líderes y ministros aun de las piedras. Pero el problema es que entonces ya no seria “yo”! y al no ser yo, yo soy el que me pierdo esa bendición a la cual Dios me ha llamado.
Dios ha ordenado en su infinita misericordia llenar las necesidades espirituales de las personas a través de los dones que El ya nos ha dado a nosotros mismos. En un sentido la iglesia nos necesita. Y estas palabras debiera de tocar nuestras fibras más sensibles de nuestro ser. En un sentido, ya vimos que Dios no nos necesita, pero en otro sentido, El a escogido hacer su obra por medio nuestro. Luego entonces cuando nosotros no somos parte de la Obra que Dios esta haciendo en el mundo por medio de la iglesia local, estamos dañando a la iglesia y le estamos siendo de estorbo y de tropiezo. Estamos privando a otros de nuestros dones espirituales. Dios te ha dotado de una personalidad única, unas experiencias, conocimientos estilos y reflexiones únicas necesarias en la iglesia local. Así como en el matrimonio la mujer y el hombre se complementan el uno al otro, así igual en la iglesia, Dios nos ha dado dones y capacidades diferentes que cuando no las ejercemos les estamos haciendo un daño a los demás.
Luego entonces, en un sentido si es correcto decir que la iglesia nos necesita. Ya que Dios nos ha dotado a cada cual con dones y personalidades únicas para servirle a Él. La realidad que la Iglesia local nos necesita debe de hacernos más humildes y apreciar mucha más la gracia de Dios en nuestras vidas. Porque después de todos, ¿Quienes somos nosotros para que la Obra de Dios tenga que esperar por nosotros?
Conclusión:
La perspectiva que no hace falta unirnos a una iglesia local para servir a Dios, no es una doctrina Bíblica. Esto es un criterio anti cristiano, y anti bíblico. ¡Dios ama a la Iglesia local! ¡Pablo y los apóstoles dieron sus vidas fundando iglesias locales! Y Cristo nos mando en la Gran Comisión a que vallamos por el mundo fundando iglesias locales.
Ofrende su vida al Señor como un sacrificio vivo para El! No solo le de su dinero, de mucho mas que eso. De su propia vida. Recuerde que Dios le ha dado dones los cuales ud es responsables por ponerlos en uso a los pies de Cristo en el contexto de su iglesia local, a la manera de Cristo llenando las necesidades en el Cuerpo de Cristo. Lo opuesto es solo rebeldía del corazón del hombre.
Ora y toma la decisión de poner tus dones espirituales al servicio de la iglesia local esta semana! Que Dios te bendiga!
Pastor: Alberto Guzmán
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